No juguemos a Dioses

Acabo de ver un documental sobre Medicina China y Acupuntura, en el que se muestran distintas opiniones y métodos relacionados con la MTC.

Un científico demuestra el efecto de la Acupuntura sobre el sistema nervioso, cosa que a los médicos de MTC no les preocupa lo más mínimo porque hace miles de años que ellos ya lo saben, y no necesitan esas comprobaciones de mentalidad occidental para que les corroboren lo que llevan usando con éxito tanto tiempo.

El caso es que desde ese «estudio científico» al estilo occidental, se llega a unos porcentajes de éxito relativo que les permite a los escépticos mantener la duda de por qué funciona a veces y otras no.

No debemos olvidar que el cuerpo, y la persona en su sentido holístico siempre tiene la última palabra. Las disfunciones o patologías que cada ser humano padece obedecen a factores mucho más amplios de lo que técnicamente se pueden demostrar, de modo que desde la Medicina no se debe nunca imponer un cambio ni una cura. Sólo se puede sugerir, ayudar o inducir para que el cuerpo reaccione… si es lo que le toca hacer y si es lo adecuado para la persona en ese momento.

Ya conocéis el discurso de «la Enfermedad cómo camino», y el hecho de que nuestras circunstancias de vida y las personas con las que nos encontramos forman parte de esa «trama invisible» que tienen como fin último nuestro crecimiento personal, nuestro desarrollo y la paz interior, aunque para ese fin tan elevado y noble, pueda irnos la vida en ello. Recordad que para nuestra verdadera esencia en la Unidad, estar vivo o muerto es una anécdota.

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