Hay varios pilares sobre los que se sostiene el Taichi. Y son los mismos fundamentos de la Medicina Tradicional China, especialmente Yin y Yang y los 5 Elementos.
Curiosamente, a ese típico dibujo que en occidente conocemos como Yin y Yang, el círculo medio blanco y medio negro con los puntitos, en China se le conoce como Tai Chi. Sí, eso es el Taichi. Entonces, ¿lo que practicamos, qué es? Fácil: Tai Chi Chuan (tai ji quan, escrito en Pinyin, que sería la transliteración a alfabeto occidental), pero de su significado os cuento otro día.
Hoy quería hacer hincapié en los otros pilares, en los que se basa la práctica según la realizamos diariamente, y con lo primero que nos encontramos al iniciarnos. Me refiero a estos tres pilares: Respirar, sentir, y movimiento circular. Hablaremos en profundidad de cada uno más adelante.
Como anécdota, yo siempre que explico esto en el primer día de clase agrego: «-No pensal!, pensal no!» Es mi forma cómica de incidir en la actitud que debemos tener en la práctica. Centrar la mente en observar la respiración y el movimiento. Colocarla en modo observador sin juicio y con la mínima intención de hacer nada. Solo observar que está pasando.
Pues este es el modus operandi del Taichi. Dejar que la respiración alimente el movimiento, colocar la mente en modo observador y sentir lo que ocurre, y realizar movimientos suaves y circular es para que la energía fluya y las articulaciones trabajen sanamente.
Evidentemente hay, además, una técnica concreta muy elaborada que aporta muchísimo a la práctica y su eficacia terapéutica y evolutiva, pero ante todo está este modo de hacer, sin el cual no tendría sentido el resto de técnicas, secuencias o «coreografías«. Sin estos principios, el Taichi sería, en el mejor de los casos, solo un baile.
Buena Práctica.